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El vino espumoso es sin duda la bebida que mejor combina con el ambiente de fin de año. Cuando la fiesta es grande, se abren varias botellas para que todos brinden y celebren la Navidad y el cambio de año... pero, ¿qué pasa con la bebida que queda en la botella?
Para no tirar lo que sobra y evitar así el despilfarro, lo más sencillo es utilizar un tapón de botella, pero lo cierto es que no todo el mundo tiene este utensilio en casa, ¿verdad?
¿Cómo conservar el vino espumoso una vez abierto?
Como la mayoría de las bebidas alcohólicas, el vino espumoso también puede consumirse horas después de abrir la botella: si buscas recetas de mimosas, por ejemplo, podrás empezar el día después de la fiesta como un personaje de El loto blanco.
Las burbujas de la bebida se producen gracias al dióxido de carbono y, en cuanto se retira el corcho, este gas comienza a evaporarse, poco a poco, haciendo que la bebida pierda un poco de su efervescencia.
Por eso el vino espumoso es burbujeante sobre todo en el momento de abrirlo, pero esta característica disminuye gradualmente. La buena noticia es que, aunque pierda un poco las burbujas, la bebida sigue siendo sabrosa y puede consumirse con normalidad unas horas después o incluso al día siguiente.
Ver también: Ejercitar la mente: descubre 7 beneficios de la lectura para el cerebroPara aumentar la vida útil de la bebida, debe conservarla siempre en el frigorífico. Existe incluso una explicación científica para ello: según una publicación en Scientific American, el dióxido de carbono de la bebida "escapa" más rápidamente cuando está a temperatura ambiente.
Esto significa que cuando el vino espumoso se enfría, los gases disueltos no se escapan tan fácilmente. A falta de un corcho o un tapón de vino, basta con dejar la botella en el frigorífico para que la efervescencia no deje de existir, aunque la botella se deje con el cuello totalmente abierto.
El mito del tenedor
Hay algunos trucos en Internet que prometen mantener el vino espumoso efervescente durante más tiempo, como uno que enseña a introducir una cuchara o un tenedor en la botella, dejando el mango del cubierto en el cuello.
Este truco es tan común que varios expertos en vino y científicos ya se han ofrecido voluntarios para demostrar que no funciona. El hecho es que la cubitera no tiene la más mínima capacidad para mantener el burbujeo del vino espumoso durante más tiempo.
Lo que puede hacer para evitar que la bebida "sepa a nevera" es sellar la abertura de la botella con un envoltorio de plástico. Recuerde, no obstante, que el consumo, aunque no es necesario que sea inmediato, debe hacerse poco después de abrir la botella.
Ver también: ¿Puedes pronunciarlas? Aquí tienes 25 de las palabras más difíciles de pronunciarY ya que hablamos de fiestas de Nochevieja y bebidas alcohólicas, siempre conviene recordar que beber y conducir nunca van de la mano. Disfrute del periodo con responsabilidad.