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La vacuna BCG fue uno de los mayores logros sanitarios del mundo. Responsable de proteger a la población de la tuberculosis, antes de que llegara la inmunización muchos se veían afectados por esta grave enfermedad. Pero, ¿para qué sirve realmente la vacuna? y ¿por qué deja una marca en el brazo?
Ver también: 19 canciones brasileñas para utilizar como referencia en la redacción del EnemLas siglas BCG hacen referencia al "bacilo de Calmette y Guérin", un homenaje a sus creadores, los científicos Léon Calmette y Alphonse Guérin. Creada en 1921, la vacuna BCG sigue utilizándose ampliamente en la actualidad, protegiendo a muchas personas de una infección que puede derivar en afecciones graves como la meningitis tuberculosa.
Aunque no es eficaz al 100%, como se administra a un gran número de personas, es capaz de proteger a toda la población. En Brasil, en una década, la tasa de mortalidad por esta enfermedad ha descendido un 8%, y actualmente sólo se producen unos 70.000 casos al año, con una alta posibilidad de recuperación.
¿Para qué sirve la vacuna BCG?
La vacuna BCG es una forma de proteger a la población de la tuberculosis grave, causada por una bacteria llamada bacilo de Koch y, por tanto, infecciosa.
La tuberculosis suele atacar el pulmón, pero también puede dañar los huesos, los riñones y las meninges, membranas que rodean el cerebro. Se transmite de persona a persona, sobre todo cuando hay un contacto estrecho, como en el hogar.
Ver también: Plantas que atraen la suerte al hogar; ver 9 especiesEn el momento en que una persona infectada expulsa gotas de saliva al hablar, estornudar o toser, la probabilidad de transmitir la enfermedad ya es mayor. Los organismos poco resistentes pueden desarrollar esta enfermedad con mayor facilidad.
Algunos de los síntomas de la tuberculosis son tos seca, debilidad, dolor torácico, fiebre, sudoración, falta de apetito y pérdida de peso. Es importante tratarse con medicación durante un periodo de seis meses, aunque los síntomas desaparezcan antes.
La vacuna BCG debe administrarse a los niños de hasta cinco años, pero preferiblemente a los recién nacidos. La tuberculosis infantil es aún más grave; por ello, la BCG es una de las principales vacunas que se administran a los bebés. La dosis única es gratuita y se ofrece en las Unidades Básicas de Salud.
La BCG tiene contraindicaciones, como cualquier otra vacuna. Aunque se trata de casos poco frecuentes, algunas personas no pueden tomarla, como los individuos con un peso inferior a 2.000 gramos y serología positiva para el VIH, siempre que haya síntomas.
¿Por qué la vacuna BCG deja una marca en el brazo?
Es habitual que la vacuna BCG se administre en el brazo, especialmente en el derecho. Al ser intradérmica, se aplica entre las capas dermis y epidermis de la piel.
El proceso deja una pequeña cicatriz, llamada "marca". Es una de las formas de garantizar que la persona se ha vacunado, y los profesionales que la identifican pueden asegurarse de que el bebé o el niño ha sido vacunado correctamente.
La vacuna deja cierto enrojecimiento durante su aplicación, mientras que la cicatrización sólo suele aparecer al cabo de tres meses. Los acontecimientos adversos y poco frecuentes pueden dejar lesiones mayores de 10 mm, que no cicatrizan, junto con abscesos subcutáneos fríos y calientes, queloides, linfadenitis y reacción lupoide. No obstante, conviene recordar que la frecuencia de estos casos es del 0,04% en las personas vacunadas.
Incluso con la cicatriz, es esencial conservar la cartilla de vacunación, para poder demostrar que se administró la vacuna BCG. Esta cartilla también puede existir en la red virtual privada y pública, pero la cartilla sigue siendo la mejor garantía. Si la pierde, es posible que tenga que repetir alguna vacuna.
La vacuna es vital: puede proteger a muchos bebés y niños de enfermedades extremadamente peligrosas. El procedimiento es sencillo y puede salvar muchas vidas, especialmente de recién nacidos, que aún están desarrollando su inmunidad.